Adolescer... sentir, sufrir, padecer, reír y llorar al mismo tiempo. Crear y destruir. Esconderse, mirar, y volver al refugio. Gritar y saltar, respirar poco, lo necesario. Perderse, y no encontrarse. Encontrarse, y desaparecer. Querer escapar, y dejar los sentidos tirados.
Adolescer, adolescer adolescencia... desperdiciar lágrimas y carcajadas. Sufrir por él, por ella, por todos. Doler nada y doler todo, doler el orgullo, la razón, y la piel. Morir para vivir, vivir para morirse. Ser débil y resistir, ser fuerte y caer.
Adolescer... obsesionarse y romper todo. Matar lo que queda. Vivir un viernes en mitad del martes. Arrastrase para no tropezar. Amar para olvidar. Olvidar para no sentir. Sentir para no olvidar. Odiar amando, y amar odiando.
Decir sí cuando es no, y decir no porque es sí. Derrochar sentimientos, aflorar tristeza. Morir cada domingo, y resurgir cada lunes. Perder contra la rabia, ganarle a nada.
Marchitarse y dejar partes de uno en todos lados, perder la esencia en cualquier bar.
Llorar cuando todos ríen, reír porque todos lloran.
No temerle al dolor, sufrir para sentir vida. Vivir para sentir dolor.
Adolescer, comprender que la felicidad es algo efímero.
Decir mucho cuando nadie dice nada. Decir nada cuando todos dicen mucho.
Equivocarse hoy y mañana, y pasado, y todos los días.
Morir, resucitar y reír.
Flotar en el aire, en la nada.
Sentir que se está sintiendo.
Adolescer, adolescer...
