Nobody said it was easy.

viernes, 13 de abril de 2012

Cuándo alejarse

Uno siempre tiene que saber cuándo alejarse. Cuando es evidente que los sentimientos son desencontrados, que lo que hace el otro no alcanza, que las intenciones son distintas, que la carga emocional no es la misma. Cuando el corazón está a punto de involucrarse, cuando los abrazos empiezan a causar efecto, cuando se comienza a extrañar... Cuando sabemos que estamos a nada de reclamar cosas de las cuales no tenemos derecho.
Siempre puede llegar ese momento, aquel en el cual tengamos que rendirnos; donde lo único que debemos hacer es apretar el corazón y marcharnos, partir con nuestras ilusiones y nuestras ganas de más a otro sitio. Como si fuera fácil...
Irnos para evitar sentir más, para evitar futuras heridas, para no tener que obligarnos a olvidar luego. Y es en este momento donde debemos procurar no quedar en evidencia, que el otro no se de cuenta, que no nos descubra. Simplemente marcharnos; como si nunca hubiese pasado nada, como si nunca hubiésemos pretendido más, como si jamás hubiésemos querido quererlo. Irnos.

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